En el sistema tributario español, existen diferentes tipos de rentas que son determinantes a la hora de declarar el Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF). Estas rentas se clasifican en dos grandes categorías: las rentas del trabajo y las rentas del capital.

Por otro lado, las rentas del capital engloban los ingresos derivados de la propiedad de bienes o derechos, ya sean inmuebles, mobiliarios o financieros. Entre ellos se encuentran los rendimientos del capital mobiliario, como intereses, dividendos, cánones y otros ingresos procedentes de la cesión de capitales. También se incluyen en esta categoría los rendimientos del capital inmobiliario, como el alquiler de viviendas, locales o terrenos. Además, se consideran rentas del capital las ganancias o pérdidas patrimoniales derivadas de la transmisión de bienes o derechos.