La Ley de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas establece una serie de requisitos para que los contribuyentes puedan aplicar la reducción en la declaración del IRPF por inmuebles destinados a negocio o actividad económica. Esta reducción se aplica sobre los rendimientos netos obtenidos por el alquiler o arrendamiento de estos inmuebles.

Otro requisito importante es que el contribuyente debe tener la titularidad del inmueble. En caso de que sea copropietario, la reducción solo podrá aplicarse por la parte correspondiente a su porcentaje de participación en el inmueble.

En cuanto a la actividad económica, esta debe ser desarrollada por el contribuyente de manera habitual, personal y directa. Es decir, no podrá aplicarse la reducción si la actividad es ejercida por un tercero en nombre del contribuyente.

En resumen, para poder aplicar la reducción en inmuebles destinados a negocio o actividad económica en la declaración del IRPF, es necesario que el inmueble esté afectado exclusivamente a dicha actividad, que el contribuyente sea titular del mismo y lo utilice de manera habitual, personal y directa en su actividad económica. Cumpliendo con todos estos requisitos, el contribuyente podrá disfrutar de una reducción en su base imponible y, por tanto, pagar menos impuestos en su declaración de la renta.