En España, cuando una persona fallece y deja una vivienda en herencia, sus herederos deben enfrentarse a una serie de trámites legales y fiscales. Uno de ellos es la imputación de rentas en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esta imputación se refiere al cálculo de cuánto deberán pagar los herederos por el uso o la tenencia de la vivienda heredada, tanto si la utilizan como residencia habitual como si la tienen alquilada.

Por otra parte, existe la figura de la «fecha de aceptación de la herencia», que se refiere al momento en que los herederos adquieren legalmente los bienes que les han sido legados. Esta fecha es importante en el cálculo de la imputación de rentas ya que, si el fallecimiento ocurre antes de la aceptación de la herencia, se entenderá que las rentas generadas hasta la fecha de aceptación pertenecen al causante (el fallecido) y no a los herederos. Sin embargo, si el fallecimiento y la aceptación de la herencia ocurren en el mismo año, se considerará que las rentas pertenecen a los herederos desde enero.