En 2023, los alquileres seguirán tributando en el IRPF como rendimientos del capital inmobiliario, es decir, como la diferencia entre los ingresos obtenidos por el alquiler de un inmueble y los gastos necesarios para obtenerlos. Estos ingresos se incluirán en la base imponible del ahorro y se aplicarán las mismas escalas de gravamen establecidas para este tipo de rendimientos.

En cuanto a los gastos deducibles, se podrán incluir aquellos necesarios para la obtención de los ingresos, como pueden ser el IBI, la comunidad de propietarios, los gastos de reparación y conservación del inmueble, los intereses de préstamos hipotecarios, entre otros. Además, en 2023 se mantienen las deducciones fiscales para el alquiler de viviendas sujetas a la Ley de Arrendamientos Urbanos, siempre que se cumplan ciertos requisitos.

En caso de que el propietario del inmueble resida en otro país de la Unión Europea, Islandia o Noruega, el alquiler estará sujeto a retención del IRPF del 19%, que deberá ser ingresado por el inquilino al momento del pago del alquiler. En caso de residencia en otros países, se aplicará la retención vigente en cada uno de ellos.

Es importante recordar que, en caso de tener varios inmuebles en alquiler, se deberá aplicar el método de estimación directa para el cálculo de los rendimientos, es decir, se deberá incluir la suma de todos los ingresos y gastos de los diferentes inmuebles. En caso de tener solo un inmueble alquilado, se podrá optar entre el método de estimación directa o el estimación objetiva (módulo).

En resumen, en 2023 los alquileres seguirán tributando en el IRPF como rendimientos del capital inmobiliario, aplicando las mismas reglas que en años anteriores. Es importante consultar con un asesor fiscal para conocer en detalle las deducciones y retenciones aplicables en cada caso concreto.