La Ley General Tributaria (LGT) establece las normas y principios generales que rigen el sistema tributario en España. Dentro de esta ley, encontramos la figura de la subsanación de defectos, que se refiere a la posibilidad de corregir errores u omisiones cometidos en la aplicación de dicha ley.

En caso de que el contribuyente no subsane los defectos en el plazo indicado, la Administración podrá imponer una sanción por infracción tributaria, la cual puede ser económica o de cualquier otra índole según establezca la normativa. Por lo tanto, la subsanación de defectos no solo permite corregir errores, sino que también sirve como una forma de control y sanción para garantizar el cumplimiento de las obligaciones tributarias.

En definitiva, la subsanación de defectos en la Ley General Tributaria tiene como objetivo garantizar la correcta aplicación de las normas tributarias y asegurar el cumplimiento de las obligaciones fiscales de los contribuyentes. Es importante estar atentos a los requerimientos de subsanación y corregir los errores a tiempo para evitar posibles sanciones.