Los consumos de explotación se refieren a los gastos que una empresa o autónomo incurre en su actividad productiva para poder llevar a cabo su negocio. Estos gastos son necesarios para la obtención de ingresos y son deducibles en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en España.

Es importante destacar que estos consumos deben estar debidamente justificados y respaldados con facturas u otros documentos legales que acrediten su existencia y su relación directa con la actividad económica. Además, en caso de que existan consumos que no están directamente relacionados con la actividad productiva, como gastos de representación o de ocio, no serán considerados como deducibles en el IRPF.