En el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) existen algunas rentas que están exentas de tributación, es decir, no se incluyen en la base imponible del impuesto. Esto significa que no se pagarán impuestos por dichas rentas, ya que se considera que no forman parte de la capacidad económica del contribuyente.

Asimismo, también están exentas las prestaciones recibidas de los seguros de vida o invalidez por causa de fallecimiento, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos. Por ejemplo, que el beneficiario sea el cónyuge, hijo o ascendiente del fallecido y que el importe anual no supere los 180.000 euros.

En definitiva, las rentas exentas de impuestos se refieren a aquellas que, por su naturaleza o por una norma específica, no están sujetas al pago del IRPF. Esto puede suponer un beneficio para el contribuyente, ya que le permite reducir su carga tributaria y aumentar su capacidad de ahorro. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas rentas también deben ser declaradas en la declaración de la renta, aunque no se paguen impuestos por ellas.