El Impuesto de Sociedades es un tributo que deben pagar las empresas por sus beneficios obtenidos durante el año fiscal. En España, este impuesto está regulado por la Ley del Impuesto sobre Sociedades, que establece las normas y requisitos para su cumplimiento.

Esta deducción permite a las empresas reducir su base imponible en un 5% por los gastos destinados a la formación de sus empleados. Esta formación puede ser tanto interna como externa, siempre y cuando esté relacionada con la actividad de la empresa y tenga como objetivo mejorar la capacitación de sus empleados.

Esta medida tiene como objetivo fomentar la formación continua de los empleados y mejorar su cualificación, lo que a su vez puede mejorar la productividad y competitividad de las empresas. Además, la formación de los empleados puede ser considerada como un gasto deducible en el Impuesto de Sociedades, por lo que también puede generar un ahorro fiscal para las empresas.