En el IRPF de España, los rendimientos de capital mobiliario se refieren a todas las ganancias y beneficios obtenidos por el contribuyente a través de sus inversiones financieras, como intereses, dividendos, ganancias patrimoniales, entre otros. En este tipo de rendimientos, existen ciertos gastos que podrán ser deducibles o admisibles a la hora de calcular la base imponible y, por tanto, reducir la cantidad de impuestos a pagar.

Otro gasto deducible en este tipo de rendimientos son los intereses de préstamos que hayan sido destinados a la adquisición de valores mobiliarios, siempre y cuando estos intereses hayan sido pagados durante el periodo en el que se han obtenido los rendimientos. También podrán ser deducibles los gastos asociados a la compra o venta de activos financieros, como son los gastos de notaría, tasación, registro, entre otros.