Los gastos de comida pueden ser una partida significativa en nuestro día a día, especialmente si tenemos un trabajo que nos obliga a comer fuera de casa con frecuencia. Por suerte, en la declaración de la renta podemos deducir parte de estos gastos en algunos casos, aunque hay ciertas limitaciones y requisitos que debemos conocer para poder hacerlo correctamente.

Además, es importante recordar que no todos los gastos de comida son deducibles en la declaración de la renta. Los conceptos que sí podemos deducir incluyen el coste de los menús o comidas en restaurantes, los tickets de comida y los gastos de combustible y peaje en el caso de desplazamientos por motivos laborales. Sin embargo, no se pueden deducir los gastos de alimentación realizados en nuestra vivienda habitual, como las compras de supermercado o los gastos de comida en el lugar de trabajo.

Para poder incluir estos gastos en nuestra declaración de la renta, debemos conservar todos los justificantes y facturas que los acrediten, incluyendo el nombre y cifra de la empresa o autónomo con el que hemos comido y la razón del encuentro. Además, es importante tener en cuenta que la Agencia Tributaria puede solicitar en cualquier momento estos justificantes para comprobar la veracidad de los gastos deducidos.