La innovación es clave para el éxito de cualquier empresa en un mercado cada vez más competitivo y cambiante. Sin embargo, en España, muchas empresas todavía carecen de una verdadera cultura de innovación, lo que puede limitar su crecimiento y desarrollo.

Otro aspecto que limita la innovación en las empresas españolas es la falta de colaboración entre diferentes actores del ecosistema. En muchos casos, las empresas no están abiertas a trabajar con startups, universidades o centros de investigación para buscar nuevas soluciones o tecnologías. Además, la burocracia y los trámites administrativos pueden dificultar la puesta en marcha de proyectos innovadores conjuntos.

En este sentido, el sistema tributario español tampoco ayuda a fomentar la innovación en las empresas. El Impuesto sobre Sociedades, por ejemplo, no cuenta con incentivos específicos para promover la inversión en I+D o para apoyar a empresas en etapas tempranas de su desarrollo. Además, la alta carga fiscal que soportan las empresas puede limitar su capacidad de inversión en nuevas tecnologías o procesos innovadores.