El cierre del año fiscal 2013 trae consigo una serie de obligaciones fiscales para los contribuyentes en España. Durante este periodo, se deben realizar las declaraciones de renta correspondientes al ejercicio del año anterior, es decir, del 1 de enero al 31 de diciembre de 2013.

Una vez realizada la declaración de la renta, se deberá proceder al pago del impuesto correspondiente. Los plazos y formas de pago varían en función de la modalidad de declaración elegida (online o presencial) y de si se tienen que realizar ingresos adicionales o en caso de recibir una devolución. Es importante tener en cuenta que, en caso de que el contribuyente tenga una deuda pendiente con Hacienda, se aplicarán intereses de demora.

En resumen, el cierre del año 2013 en términos fiscales implica una revisión exhaustiva de los ingresos y gastos del ejercicio, la presentación de la declaración de la renta, el pago del IRPF correspondiente y la presentación del modelo 720 en caso de ser necesario. Es importante cumplir con todas estas obligaciones para evitar sanciones y mantener una buena situación fiscal ante Hacienda.