El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es un impuesto directo y personal que grava la renta obtenida por los contribuyentes residentes en España. En el caso de la comunidad autónoma de Castilla y León, este impuesto se aplica a los alquileres de viviendas y locales comerciales.

Los contribuyentes que obtengan rentas de alquiler en Castilla y León deben incluir estos ingresos en su declaración de la renta, aunque existen algunas excepciones. Por ejemplo, aquellos que hayan recibido rentas anuales inferiores a 1.000 euros no están obligados a declararlas. Además, en el caso de los arrendamientos de viviendas, se puede aplicar una reducción del 60% en la base imponible si el inquilino es menor de 35 años y cumple determinados requisitos.

En resumen, en Castilla y León, al igual que en otras comunidades autónomas, el IRPF se aplica a los alquileres de viviendas y locales comerciales, con tipos impositivos que varían en función de la base imponible del contribuyente. Existen también deducciones que pueden aplicarse, por lo que es importante informarse adecuadamente para realizar una correcta declaración de la renta.