En España, todos los residentes que hayan obtenido ingresos superiores a 22.000 euros anuales están obligados a presentar la declaración de la Renta o Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF) antes del 30 de junio de cada año. Sin embargo, existen ciertas excepciones y ciertos casos en los que no es necesario realizar la declaración.

También existe una franja de rentas en la que realizar la declaración es opcional, pero puede ser beneficioso para el contribuyente. Esto sucede cuando los ingresos no superan los 22.000 euros anuales pero se han obtenido rendimientos de capital mobiliario o ganancias patrimoniales que están sujetas a una retención del 19%, ya que es posible recuperar dicha cantidad a través de la declaración de la renta.

Es importante tener en cuenta que, aunque no se esté obligado a presentar la declaración, sí es necesario cumplir con otras obligaciones fiscales como informar de las cuentas bancarias en el extranjero o de la compra o venta de inmuebles. Por lo tanto, es recomendable consultar con un experto en materia fiscal para determinar si se ha de realizar la declaración de la renta y cumplir con todas las obligaciones fiscales correspondientes.