El tratamiento del Impuesto sobre el Valor Añadido o IVA devengado hace referencia a la forma en que se debe contabilizar y declarar este impuesto en el marco del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF. Se trata de un impuesto indirecto que grava el consumo y que el consumidor final asume al comprar un bien o servicio.

En segundo lugar, el IVA devengado es un impuesto que se debe declarar trimestralmente en la declaración de IRPF, a través del modelo 303. En esta declaración se incluye el importe total del IVA devengado en el trimestre, tanto el IVA repercutido en las facturas emitidas como el IVA soportado en las facturas recibidas. El resultado de esta declaración determinará si el autónomo o contribuyente tiene que ingresar el importe total del IVA devengado o, por el contrario, si tiene derecho a una devolución por haber pagado más IVA del que ha repercutido a sus clientes.

En resumen, el tratamiento del IVA devengado en el IRPF implica contabilizarlo en la fecha de emisión de la factura, declararlo trimestralmente en el modelo 303 y reflejarlo en la cuenta de resultados del contribuyente. Es importante cumplir con estas obligaciones fiscales para evitar posibles sanciones por parte de la Agencia Tributaria y garantizar una correcta gestión del impuesto.