El periodo impositivo del divorcio es aquel que abarca desde la fecha de separación legal hasta la finalización del año fiscal en curso. Se considera que a partir de la fecha de separación, los cónyuges ya no están sujetos a la obligación de presentar la declaración de la renta de forma conjunta, sino que deberán hacerlo de forma individual.

Es importante tener en cuenta que, aunque se haya iniciado el proceso de divorcio y se esté en periodo de separación, mientras los cónyuges no hayan obtenido una sentencia de divorcio en firme, se seguirá considerando a efectos fiscales como una pareja casada. Por lo tanto, deberán seguir presentando la declaración de la renta de forma conjunta hasta que se produzca la disolución del matrimonio.

En resumen, el periodo impositivo del divorcio es un momento importante en el ámbito fiscal, ya que marca el inicio de una nueva etapa en la que los cónyuges deberán presentar su propia declaración de la renta y gestionar sus impuestos de manera independiente. Por ello, es recomendable contar con el asesoramiento de un experto en IRPF en este proceso para evitar posibles problemas con la Agencia Tributaria.