El rendimiento de trabajo en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) hace referencia a todos aquellos ingresos que obtiene una persona por el desempeño de su actividad laboral, ya sea como trabajador por cuenta ajena o como profesional autónomo. Este rendimiento se calcula restando de los ingresos totales los gastos deducibles para determinar la base imponible y, posteriormente, aplicando el tipo impositivo correspondiente.

Para determinar el rendimiento de trabajo de operaciones vinculadas, se deben seguir las mismas reglas que para cualquier otro tipo de rendimiento de trabajo, con la particularidad de que se deben seguir ciertas normas específicas para evitar posibles situaciones de fraude fiscal. Por ejemplo, se debe comprobar que los servicios prestados por el trabajador son reales y necesarios para la actividad de la empresa, que los precios aplicados son los de mercado y que el trabajador está cualificado para realizar dichos servicios.