Por su parte, los intereses y otros gastos de financiación hacen referencia a los costos asociados a la obtención de financiación para la adquisición de bienes o derechos. Esto incluye, por ejemplo, los intereses pagados por préstamos, créditos, hipotecas o cualquier otro tipo de financiación utilizada para la adquisición o mejora de los bienes del contribuyente. También se incluyen en esta categoría los gastos de gestión, comisiones y otros costos asociados a estas operaciones financieras.

En resumen, los gastos de reparación y conservación e intereses y otros gastos de financiación son desembolsos deducibles en el IRPF, siempre y cuando estén relacionados con la actividad económica del contribuyente y estén debidamente justificados. Es importante mantener un control riguroso de estos gastos y conservar los comprobantes correspondientes para poder incluirlos en la declaración de la renta y así reducir la base imponible y, en consecuencia, la cantidad a pagar en impuestos.