El capital inmobiliario es una de las fuentes principales de ingresos para muchas personas en España, ya que poseer una o varias propiedades puede generar beneficios a través del alquiler o la venta de los mismos. Sin embargo, también está sujeto a tributación en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

Para calcular la ganancia obtenida por un inmueble en un año fiscal, se deben restar los gastos deducibles (como impuestos locales, gastos de reparación, seguros, etc.) de los ingresos obtenidos por alquiler o venta. Es importante tener en cuenta que sólo se pueden deducir los gastos necesarios para la obtención de ingresos, por lo que se deben guardar facturas y comprobrantes para apoyar estas deducciones.

En resumen, el capital inmobiliario tributa en el IRPF a través de la base imponible del ahorro con una escala progresiva y se pueden deducir los gastos necesarios para obtener los ingresos. Además, se puede aplicar una reducción del 50% en la base imponible en caso de obtener plusvalías por la venta de una propiedad que haya sido mantenida por un año o más. Es importante consultar con un asesor fiscal para conocer todas las deducciones y beneficios aplicables en cada caso particular.