Cuando se realiza la declaración de la renta de forma conjunta, es decir, cuando se presenta el IRPF de todos los miembros de una misma unidad familiar, existe la posibilidad de aplicar el mínimo familiar y el mínimo personal. Ambos conceptos son beneficios fiscales que permiten reducir la base imponible y, por lo tanto, pagar menos impuestos.

Por otro lado, el mínimo personal se refiere a una cantidad fija de dinero que se puede deducir de la base imponible en función de las circunstancias personales del contribuyente, como su edad o grado de discapacidad. En este caso, el mínimo personal se aplica de forma individual para cada miembro de la unidad familiar y puede ser complementario al mínimo familiar.

En resumen, para poder sacar el máximo provecho al mínimo familiar y personal en una declaración conjunta, es necesario cumplir con ciertos requisitos y tener en cuenta las circunstancias de cada miembro de la unidad familiar. Estos beneficios fiscales pueden suponer un importante ahorro en la declaración de la renta y es recomendable informarse adecuadamente sobre cómo aplicarlos correctamente.