La normativa española establece que los contribuyentes no residentes en España deben tributar por los ingresos obtenidos en territorio español, siempre y cuando no exista un convenio de doble imposición firmado entre España y el país de residencia del contribuyente.

En segundo lugar, los no residentes no pueden aplicar determinadas deducciones y reducciones en su declaración de la renta, como por ejemplo, las relacionadas con la vivienda habitual o con la familia. Asimismo, la tarifa aplicable a los no residentes es diferente a la de los residentes, ya que se basa en unos tramos fijos dependiendo del tipo de renta obtenida.

Es importante tener en cuenta que también existen exenciones para los no residentes, como por ejemplo, si se obtienen rendimientos de actividades artísticas, deportivas o científicas en España, siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos. En resumen, los no residentes en España deben cumplir con sus obligaciones fiscales en función de los ingresos obtenidos en territorio español, atendiendo a unas tarifas y retenciones específicas y teniendo en cuenta las posibles exenciones aplicables.