La desgravación por pérdidas de juego es un beneficio fiscal que permite a los contribuyentes españoles deducir de su declaración de la renta las pérdidas sufridas en actividades de juego y apuestas realizadas durante el año fiscal. Esta desgravación está regulada en el artículo 44 de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y tiene como objetivo evitar que los contribuyentes tengan que tributar por ingresos que no han obtenido realmente, en este caso, las pérdidas en juegos de azar.

El límite máximo que se puede deducir por pérdidas de juego en la declaración de la renta es del 10% de los ingresos obtenidos en el ejercicio fiscal, es decir, que si un contribuyente ha tenido ganancias de 10.000 euros, podrá desgravar hasta 1.000 euros en pérdidas de juego. Sin embargo, esta desgravación no puede superar el límite máximo de 500 euros.

En resumen, la desgravación por pérdidas de juego es un beneficio fiscal que permite a los contribuyentes españoles reducir la carga impositiva en su declaración de la renta al poder deducir las pérdidas sufridas en actividades de juego y apuestas. Sin embargo, es importante tener en cuenta los límites y requisitos establecidos por la ley para poder aplicar esta desgravación de manera correcta.