Los rendimientos de la transmisión de otros activos financieros en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) correspondientes al año 2011 están sujetos a una tributación específica. Estos activos financieros se refieren a aquellos que no son acciones o participaciones sociales, como por ejemplo obligaciones, bonos, fondos de inversión, entre otros.

Los rendimientos de la transmisión de estos activos se calculan a través de la diferencia entre el valor de adquisición y el de transmisión. Además, existen unas reducciones previstas por la ley para minorar la cuantía de los rendimientos obtenidos. Por ejemplo, se aplica una reducción del 40% para aquellos activos que se hayan mantenido en el patrimonio del contribuyente durante más de dos años y del 30% si se han mantenido entre uno y dos años.