En España, los contribuyentes que alquilen una propiedad pueden deducir una parte de los gastos asociados al arrendamiento en su declaración de impuestos sobre la renta (IRPF). Esta deducción puede oscilar entre el 60% y el 100% de los gastos, dependiendo de ciertos factores.

Para poder aplicar esta deducción, es necesario que el contribuyente haya declarado los ingresos recibidos por el alquiler en su declaración de IRPF. Además, el inmueble debe estar alquilado de forma legal, es decir, con un contrato y pagando correspondientemente los impuestos.

Es necesario mencionar que los contribuyentes solo pueden deducir hasta un límite máximo de 9.040 euros al año por los gastos asociados al alquiler de su vivienda habitual. Además, esta deducción solo puede aplicarse en la declaración de IRPF correspondiente al mismo año en el que se hayan realizado los gastos.