En España, todas las personas físicas que obtengan intereses y/o dividendos de fuentes situadas en el extranjero deben incluirlos en su Declaración de la Renta, independientemente de si son residentes fiscales o no. Esto se debe a que España tiene un sistema de tributación mundial, lo que significa que todos los ingresos obtenidos por sus ciudadanos deben ser declarados y tributar en el país, incluso si se han obtenido en el extranjero.

Por otro lado, los no residentes fiscales deben presentar una Declaración de la Renta si han obtenido intereses y/o dividendos de fuentes españolas. En el caso de que hayan obtenido rentas de otros países, deberán declararlas en su país de residencia fiscal, siempre que exista un tratado de doble imposición entre España y este país.

En resumen, tanto los residentes fiscales como los no residentes deben incluir los intereses y dividendos obtenidos en el extranjero en su Declaración de la Renta. Sin embargo, el tratamiento fiscal puede variar dependiendo de si se es residente o no, y si existen tratados de doble imposición entre España y el país de origen de los rendimientos.