La obligación de destruir el curriculum en materia de protección de datos se basa en el principio de minimización de datos, recogido en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Este principio establece que solo se pueden recopilar, tratar y almacenar aquellos datos personales necesarios, pertinentes y proporcionales para la finalidad prevista.

Por lo tanto, una vez finalizado el proceso de selección y en cumplimiento de la obligación de minimización de datos, las empresas deben proceder a destruir los CV recibidos, ya sea en formato físico o digital. Es importante tener en cuenta que esto no se limita solo a los CV recibidos de candidatos que no hayan sido seleccionados, sino también a aquellos que han sido contratados.

En caso de incumplimiento de esta obligación, las empresas pueden enfrentar sanciones económicas por parte de la Agencia Española de Protección de Datos. Por lo tanto, es importante que las empresas adopten medidas adecuadas para garantizar la destrucción adecuada de los CV recibidos, ya sea mediante la implementación de un procedimiento interno o contratando servicios de destrucción de documentos especializados.