El Impuesto sobre Ventas minoristas de Determinados Hidrocarburos, conocido comúnmente como «modelo 581», es un impuesto indirecto que grava la venta al público de determinados productos derivados del petróleo en España. Fue creado en el año 2002 con el objetivo de frenar el contrabando de combustible y garantizar una competencia leal en el mercado de hidrocarburos.

El pago del impuesto corresponde al vendedor, que debe presentar trimestralmente una autoliquidación con el importe total de las ventas sujetas al impuesto. La administración fiscal realiza posteriormente las comprobaciones oportunas para evitar posibles fraudes o errores en la declaración. Las empresas que están sujetas a este impuesto también deben llevar un registro específico de las operaciones afectadas por el mismo, que debe estar a disposición de la administración en caso de inspección.