Durante el año 2009, en España existía una deducción por vivienda habitual en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esta deducción consistía en un descuento en la base imponible del impuesto, es decir, una reducción en el importe a pagar, por los gastos relacionados con la adquisición o rehabilitación de la vivienda en la que el contribuyente residiera de forma habitual.

Para poder aplicar esta deducción, era indispensable que la vivienda fuera considerada como habitual, es decir, que el contribuyente residiera en ella al menos durante 183 días al año. Además, esta deducción solo podía aplicarse a la vivienda que fuera propiedad del contribuyente y no a alquileres o viviendas en régimen de usufructo.