En España, las personas físicas que no son residentes en el país pero obtienen rentas en territorio español están obligadas a presentar la Declaración de la Renta No Residentes. Este impuesto se aplica a los no residentes que no tienen establecimiento permanente en España y que no superen los 600.000 euros de base imponible en el país.

Es importante tener en cuenta que para los no residentes, no existe la posibilidad de aplicar las mismas deducciones y beneficios fiscales que tienen los residentes en España. Por lo tanto, se pagará un impuesto sobre la renta más alto en comparación con los residentes. Sin embargo, existen algunos tratados internacionales para evitar la doble imposición y reducir la carga fiscal para las personas que residen en países con los que España tiene acuerdos fiscales.