El cálculo del rendimiento neto del trabajo es uno de los elementos fundamentales en la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en España. Se trata de determinar la cantidad de ingresos que una persona ha obtenido por su trabajo en un año fiscal, descontando todos aquellos gastos y deducciones que estén contemplados por la normativa fiscal.

A modo de ejemplo, supongamos que un trabajador ha obtenido un salario bruto anual de 30.000 euros, y además ha recibido una indemnización de 5.000 euros por la extinción de su contrato laboral. Se considerarán como gastos deducibles aquellos que estén directamente relacionados con la actividad laboral, como el importe de cuotas sindicales, gastos de formación o desplazamientos necesarios para llevar a cabo el trabajo. Suponiendo que estos gastos asciendan a un total de 4.000 euros, se restarán del salario bruto anual de 30.000 euros, obteniendo así un rendimiento neto de trabajo de 26.000 euros.